Breve recorrido por las restauraciones de pintura mural en Venezuela:

Antes de iniciar este recorrido, con ejemplos tomados de nuestras restauraciones, debo acotar que me refiero a “pintura mural” como aquella que se hace directamente sobre la superficie de un muro, mediante un medio pictórico líquido, sin recurrir a otros soportes pictóricos o elementos adheridos al muro. El “muralismo” es más amplio y por lo tanto no lo trataremos en este breve recorrido. Dejamos a grandes muralistas como Martín Tovar y Tovar, Tito Salas, Pedro Centeno, Braulio Salazar, Víctor Valera, Pascual Navarro, entre tantos otros, para una nueva entrega.

El interés por la pintura mural en Venezuela se nos despierta desde el mismo momento en que entregamos, en noviembre de 1.991, los trabajos de restauración de las Pinturas Murales y Decorativas de la Casa del General Páez en Valencia. Pinturas murales hechas por el pintor venezolano Pedro Castillo. Este pintor rompe con la tradición colonial para adentrarse en la nueva etapa republicana: La época Nacional, una interesante y compleja transición. Estos trabajos, por los resultados, dieron paso a otros muchos… nuestro recorrido por la pintura mural venezolana.

Ya desde la colonia era frecuente “pintar” muros para enriquecer la simplísima arquitectura que se hacía en suelo venezolano. La limitación de medios económicos, la falta de canteras y los pocos artesanos que teníamos obligaban a simplificar las formas arquitectónicas y limitar las posibilidades constructivas de nuestras edificaciones. Hay testimonios escritos de la existencia de pinturas murales en iglesias y casonas coloniales. Pero quedan muy pocos testimonios materiales. Nuestros muros de “barro” no tenían la solidez suficiente para perpetuar aquellas pinturas. Otro factor que impulsó la destrucción sistemática de la gran mayoría de los revocos coloniales fue durante  las campañas de restauración contemporáneas, lo que hace que gran parte del estudio de la decoración pintada se base sobre suposiciones. Muchos han sido los inmuebles a los que se han despojado de sus frisos sin hacerles las exploraciones previas.

La pintura mural, la que se hace sobre el enlucido del muro, tiene dos formas básicas de ejecución: Fresco y seco. El “fresco” requiere de un enlucido de cal (revoco) que se cubre de color (Sin medio que lo aglutine salvo agua de cal) mientras el enlucido aún está fresco. Técnica difícil pues requiere de rapidez y destreza, además de pintar por fragmentos (Jornadas) que deben continuarse según un diseño preconcebido. El “seco” requiere un enlucido, ya sea cal o barro, el cual se cubre con una pintura aglutinada con alguna base secante: Yema de huevo, leche (Caseina), goma, zábila, aceite, etc. En la  Venezuela colonial, abundó el “seco” aunque hoy nos quedan raros y escasos testimonios de “fresco”

Siglo XVIII: En la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús (Petare-Caracas) se conservan algunos restos de pintura mural de la época colonial al seco. Las restauramos en el año 2013, en una intervención integral de ese templo. Las pinturas se reducen a fragmentos que cubren las hornacinas donde están los retablos y algún intradós de los arcos de las puertas. Todas imitan telas: Damascos, ya en forma de tapizado o dispuestos como cortinajes. Hay pintados algunos querubines en ademán de sostener esos cortinajes. Una forma de “enriquecer” la planitud de aquellos muros. Pinturas “anónima” realizadas en la segunda mitad del S. XVIII.

Durante las restauraciones en la Iglesia de Petare
Alrededor del retablo la pintura mural restaurada. A la derecha detalle del querubín.

blog 5

Cortinaje imitando un damasco

En la ciudad de Valencia, en la actual Casa de la Estrella, antiguo hospital y posterior sede del congreso constituyente de 1830, rescatamos, bajo capas de pintura, unos murales decorativos del S. XVIII en lo que fue la Capilla del Hospital. Igualmente hayamos otras decoraciones del S. XIX, las que sirvieron para “decorar”, en lo que fue el Salón de Los Enfermos, el espacio del Congreso Constituyente. Las primeras imitan una cenefa que cae del techo con un diseño típico de ese período. Parece hecha, más que por un pintor, por un artesano joyero. El detalle sobre la cenefa recuerda los diseños repujados en piezas de joyería del S. XVIII. Esta pintura fue ejecutada al “fresco” mediante la “puntata” (Jornada lineal). Es un rarísimo ejemplo en Venezuela. Sobre las pinturas hechas para el Congreso Constituyente hablaremos más adelante.

La capilla del Hospital (Casa de la estrella)

En el siglo XIX, antes del movimiento republicano, se seguía repitiendo el esquema mural colonial. Nuestras construcciones seguían siendo muy sencillas, aún en las casas de las familias más nobles. Aunque el comercio de la Compañía Guipuzcoana (S. XVIII) trajo nuevos objetos suntuosos, sus ingenieros (militares casi todos) continuaron el esquema simple de las técnicas constructivas que se extendieron hasta finales del S. XIX.: Casas amplias, ventiladas, de una o dos plantas, sin mayores pretensiones arquitectónicas.

Las Iglesias quedaron estancadas en un esquema arquitectónico igual de simple. Hubo casos de modernización: Uno de ellos la Catedral de Valencia (Restaurada por nosotros en 2015) y donde el general Pablo Morillo, ingeniero militar, transformó  (1815) la fachada del templo adaptándolo al estilo neoclásico: Seis columnas estriadas, con capiteles corintios que sostienen un discreto frontón.

Fachadas de la Iglesia de petare y Catedral de Valencia

En la ciudad de Valencia, el general Páez compra hacia 1829 una casa típicamente colonial. Intenta adaptarle a los nuevos tiempos republicanos aunque “disfrazando” la casona con una arquitectura pintada. Para ello contrata a un modesto pintor radicado en Valencia: Don Pedro Castillo, quien sería abuelo del ilustre pintor Arturo Michelena. Castillo habia recibido clases en Caracas de un muralista italiano: Onofre Padroni, y es en este nuevo proyecto que le encarga el General Páez, donde plasmará todos sus conocimientos del muralismo. Inicia el mayor proyecto pictórico de su vida: La Casa de Páez.

blog casapaez2

Fachada de la Casa de Páez en Valencia

Para ello sigue los dictados del General: Un conjunto de murales mitológicos que enaltezcan las virtudes de Páez y un grupo de pinturas de batallas tomadas de los apuntes del General. Apuntes que luego utilizó José Antonio Páez en su autobiografía escrita en el exilio de Nueva York. Todo distribuido en los corredores y discretos salones de la casa. Esta restauración, encargada a nosotros en 1991, nos permitió recuperar cientos de metros de pinturas murales ocultas. Las pinturas fueron hechas en 1830 con la técnica al “seco” (Un temple magro) imitando, con algunas transparencias, a un frescblog museo-casa-paez_9020628

El salón principal de la casa con murales mitológicos
Uno de los corredores con murales épicos y el salón de los paisajes

Ese mismo año, se le encarga a Pedro Castillo “adecentar” la sede de lo que será el congreso Constituyente de 1830. Para ello pinta lo que sería el salón de sesiones del antiguo Hospital. Una sala amplia, rectangular, de suelos de barro cocido, tan sencillo como la naciente república. El plafón del techo no existe, quizás estuvo pintado con alguna decoración. Solo hallamos una cenefa que imita una cortina de terciopelo rojo, recogida por secciones con unas cuerdas rematadas de la que penden unos borlones. En el zócalo imita una franja de piedra con una cinta estarcida como remate. Todo pintado al seco. En ese espacio y rodeado de esas pinturas se celebró la famosa “Cosiata”. El trabajo de restauración, hecho en 1992, liberó esas pinturas murales de capas superpuestas de todo tipo de pinturas y frisos.

Pinturas decorativas que rodearon a la «Cosiata». Salón de la casa de la Estrella

En Caracas, a finales del S. XIX, se construía una lujosa mansión. Sigue el esquema colonial de un patio central rodeado de corredores. El sistema constructivo es el mismo, salvo en un solo salón llamado de “los temblores” y hecho con estructura de hierro. Una gran casa con amplios salones aunque paredes planas. Inicia esa construcción un ingeniero italiano, Orsi de Mombello y la culmina el constructor español Juan Bautista Sales. En esas paredes se encarga a un pintor español las decoraciones murales: Julián Oñate y Juarez. Las pinturas cubrían con diseños extravagantes todos los muros de esa mansión: Se trata del Palacio de Miraflores, residencia privada de Joaquín Crespo y posterior Palacio Presidencial de Venezuela

.blog 6

Es muy conocida una fotografía de Don Arturo Uslar Pietri sacando un cuadro de Pérez Jiménez de Miraflores recién caída la dictadura. Para Uslar el Palacio de Miraflores era de muy mal gusto y debía ser reformado. En esa foto se observa al fondo las pinturas murales de Oñate, que luego fueron cubiertas por otras pinturas y hasta forradas en madera y espejos. La opinión de Uslar sobre el antiguo Miraflores, con las nuevas modificaciones sugeridas, convirtió el palacio en uno de los lugares de “peor gusto” en Venezuela.

 

En el lado izquierdo se observa un fragmento de un zócalo decorado, el mismo que puede verse en la fotografía detrás del cuadro de Marcos Pérez Jiménez y que fué cubierto con pintura.

En el año 2013 se nos contrata para recuperar las pinturas de Oñate. Fue un trabajo laborioso pero que rindió grandes frutos: Ahora, en el Ala Este del Palacio el Salón Bolivar y el salón Sol del Perú, se pueden ver las decoraciones originales. Salones cubiertos en muros y techos de pinturas murales al seco imitando Guirnaldas, trampantojos, damascos, cielos abiertos con pájaros, arquitecturas al estilo pompeyano, y cientos de motivos decorativos con un extraordinario derroche de detalles. Quizás el proyecto de pintura mural decorativa más extenso y complejo del país. En el Salón Sol del Perú, también restaurado, inició el proyecto mural Arturo Michelena quien pintó “El Dia” y “La Noche” en el extremo Norte y Sur del Plafón. Luego lo continuó Oñate.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERA

La Noche y El Dia, de Arturo Michelena, en el Salón Sol del Perú
Una pintura de Oñate y una vista del Salón Sol del Perú

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Fragmento de un zócalo pintado imitando mármol
Las decoraciones recuperadas bajo capas de pinturas
Detalle de una exploración y a la derecha una vez recuperada la pintura mural cubierta

En el Siglo XX destacan dos importantes murales que hoy forman parte del patrimonio mundial. Ambos restaurados hace ya varios años. Murales pintados al fresco, lo que les hace tener un valor excepcional, ejemplares únicos en el país. El primero ubicado en el despacho del rector de la Universidad Central. Pintado por Héctor Poleo en 1953 y restaurado por nosotros en dos oportunidades (1991 y 2015) y el otro fresco “Fechas Magnas de la Universidad” está ubicado en el Salón de Sesiones del Rectorado. Fue pintado por Pedro León Castro en 1954 y  restaurado en 1995 y en 2015. Las restauraciones en ambos murales se debieron, en la primera ocasión por un desprendimiento y en la segunda por vandalismo consecuencia de radicalismos políticos.

El mural de Héctor Poleo, aunque pintado al fresco, tiene algunos detalles culminados al seco, quizás por la reacción adversa de la cal sobre algún pigmento. También tiene una “Cámara de aire” (Entre muro y mural) que le permite transpirar y evitar calcificaciones en la superficie de la capa de pintura.

El mural de Pedro León Castro es de estructura más simple. No utilizó la cámara de aire y como consecuencia se trasladan todos los problemas del muro de soporte a la superficie pictórica. Aun así tiene todas las características de un mural al fresco. Es de hacer notar que esta técnica es difícil de dominar y requiere una gran destreza pictórica.

blog pedro leon castro

En la misma ciudad Universitaria, en la Capilla del Hospital Universitario, hay un mural al seco de grandes dimensiones. Fue pintado al óleo sobre un enlucido de cemento blanco. Esta técnica, especialmente inestable ante la transpiración del muro, obligó a una restauración que se nos contrató en 1992. El mural es de Francisco Narváez y pintado en 1950. El óleo fue muy utilizado por algunos artistas venezolanos: Es una técnica rápida y fácil y admite muchas correcciones, cosa que no es posible en el fresco (Salvo destruir y repetir la jornada) y al temple (seco) que no es reversible.

1

Durante todo el siglo XX se pintaron grandes murales. Muchos de ellos inmersos en planes gubernamentales para despertar algún tipo de nacionalismo, culto a la personalidad: Casa Natal de Bolívar, Panteón Nacional, Capitolio Federal. Otros muralistas pudieron, con libertad, desarrollarse dentro de la modernidad. Un ejemplo es ese fenómeno arquitectónico y artístico ocurre en la Ciudad Universitaria de Caracas (Patrimonio Mundial). Este breve recorrido  en la pintura mural deja fueras importantes muestras de artistas venezolanos. Continuaremos en una próxima entrega con otro recorrido, donde hemos podido palpar con nuestras restauraciones, las distintas técnicas de importantes muralistas.


10 respuestas a “Breve recorrido por las restauraciones de pintura mural en Venezuela:

  1. Felicitaciones Don Fernando, Dios lo bendiga a usted e ilumine siempre sus acciones y permita que se mantengan por muchas generaciones de venezolanos.

    Me gusta

Deja un comentario